Ayuda a la industria del automóvil: Deja de comprar coches

Imagino que al leer el titular, te habrán surgido 2 dudas: (1) ¿Por qué tengo que ayudar yo a la industria del automóvil? y (2) vaya forma de ayudar, no comprando sus coches.

¿Por qué debo ayudar a la industria del automóvil?

Porque la industria de automoción en España, supone casi un 10% de nuestro PIB y genera a 2 millones de puestos de trabajo. Hay ciudades o regiones que dependen en gran medida de alguna de las grandes fábricas de automóviles y su industria auxiliar: Valladolid, Vigo, Martorell, Zaragoza, Álava

Un colapso de esta industria, como el que se avecina, llevaría a la ruina a miles de familias y negocios, y sería una catástrofe económica y social a nivel nacional y, sobre todo, autonómico y local donde están ubicadas las fábricas.

Y este colapso se avecina por la disrupción del coche eléctrico, que va a desplazar por completo al de combustión. En España la fabricación de vehículos eléctricos es residual, con lo que un colapso en las ventas de coches de combustión, provocaría el cierre de las grandes fábricas y detrás de ellas, su industria auxiliar.

El coche eléctrico acabará con el de combustión

Cualquiera que esté medianamente informado tiene claro que el vehículo eléctrico va a desplazar por completo al de combustión. Lo único que falta por saber es cuando.

El motor eléctrico es superior en todos los aspectos al motor de combustión: conducción, consumo, aceleración, mantenimiento, coste de propiedad, durabilidad… Si esto no fuera suficiente, cada semana un nuevo país anuncia la prohibición de vender coches de combustión en fechas cada vez más cercanas: India, Francia, Reino Unido, Dinamarca, Israel, Noruega, Holanda… Y grandes ciudades anuncian restricciones cada vez más fuertes al acceso a coches de combustión: Madrid, Barcelona, París, Copenhague

Lo único que está impidiendo al coche eléctrico arrasar al de combustión son las baterías: son caras y escasas, con lo que los coches eléctricos actuales son caros y aunque ya tienen autonomías válidas para +90% de los desplazamientos que hacemos, ese 10% que no cubren sin recargar, es una barrera psicológica.

Cuando haya baterías baratas y abundantes, al eliminar las únicas pegas que tiene el coche eléctrico (precio y autonomía), el motor de combustión dejará de existir. Porque no, la red eléctrica no va a tener problemas en absorber la nueva demanda.

La evolución de la baterías

Igual que el consumo de los coches de combustión se mide por los litros que consume cada 100 km, los coches eléctricos se miden por los kilovatios-hora (kWh) que consumen a los 100 km. Por tanto, la autonomía de los coches eléctricos se mide por el número de kWh que es capaz de almacenar su batería.

Y es justamente el precio de cada kWh lo que permite ver la velocidad de vértigo de la evolución de las baterías: según Bloomberg, el precio del kWh ha pasado de 1.000$ en 2010, a 200$ en 2017. Una caída del 80% y bajando.

Hay un consenso generalizado que cuando el precio de las baterías llegue a 100$/kWh, el precio de los eléctricos igualará a los de combustión, y será el fin de estos. Según las previsiones, este nivel de precios se conseguirá en 2024.

La irresponsabilidad de fabricantes, sindicatos y gobiernos

Fabricantes, sindicatos y gobiernos

Como cualquier transformación, aunque suponga asegurar el futuro, a corto plazo trae problemas: Para que las fábricas actuales pasen a fabricar vehículos eléctricos hay que invertir mucho dinero, hay que parar la producción para adaptar las líneas, hay que formar los trabajadores y, sobre todo, hay que despedir trabajadores, porque hacen falta menos (un coche eléctrico tiene 20 piezas vs 2.000 de un coche de combustión).

Los puestos directivos de los fabricantes siguen dominados por petrol-heads y nadie toma la decisión que todo el mundo sabe hay que tomar. Prefieren aguantar unos añitos más, estirando lo que puedan el chicle convencidos que son intocables. Y si quiebra, pues a recolocarse en otras empresas, y aquí paz y después gloria.

Los sindicatos, en lugar de mirar por el futuro de sus trabajadores, hacen el avestruz, y patéticamente piden que se retrase la llegada del coche eléctrico (como si alguien pudiese hacer algo). Eso si, cuando vengan los cierres, estarán los primeros en la manifestación: golpes de pecho, que cabrones, maldita globalización… Lo de siempre. La culpa de todos, menos de ellos.

Los gobiernos (supongo) que ven el problema que viene, pero como su objetivo es pasar los 4 años que les toca con los menos problemas posibles, pues pasapalabra y que se coma el marrón el siguiente. Y si no lo sabían, pues ya tienen algo más importante que hacer que el 99% de lo que vemos cada día en las noticias.

Esta inacción es una tremenda irresponsabilidad de todos los actores. Como los monos de la portada, ni ven, ni oyen, ni hablan y nos va a meter en un agujero tremendo a todo el país, va a llevar a la ruina a ciudades y regiones enteras, dejando a millones de personas sin trabajo, ni opción de encontrar uno.

Dejar de comprar coches, la única opción

Ya que ni los políticos estatales, autonómicos o locales, ni los sindicatos, ni los fabricantes quieren saber nada, tendremos que ser nosotros, los ciudadanos los que tomemos la iniciativa: No por el bien de los fabricantes, que deberían extinguirse como dinosaurios que son, sino por el de toda esa gente que depende de ellos.

Dejemos de comprar coches de combustión o híbridos. Y dejemos de hacerlo ya.

Una caída en picado de sus ventas, en lugar de hacerlo poco a poco, es la única forma de que esos directivos actúen, ahora que están a tiempo. Porque esperar 5 años a transformarse, es dar demasiada ventaja a Tesla y los 487 fabricantes chinos de coches eléctricos (si, has leído bien, 487 fabricantes). Tesla se comerá la parte alta del mercado y los chinos el resto.

Por mucha imagen de marca que tengan, esto será insalvable: ni por precio, ni por capacidad de producción de baterías (sin batería no hay coche eléctrico) van a poder competir. Y si no compiten, se cierran fábricas, se deja de comprar componentes, desaparece el 10% de nuestro PIB y a ver quién da de comer a 2 millones más de parados.

Ayuda a tu país, a tu comunidad, a tu ciudad: no compres coches

No compres coches que no sean eléctricos: ni de combustión, ni híbridos que son el timo de la estampita de la industria.

Tenemos que conseguir la transformación de la industria automovilista cuando aún está a tiempo, por el bien de todos.

Transformar el sector va a provocar que se pierdan muchos puestos de trabajo, pero la alternativa es infinitamente peor: perderlos TODOS.

Foto portada by Joao Tzanno on Unsplash